
Hay momentos en la vida en los que sentimos que algo no encaja. Puede que tengamos un buen trabajo, una familia hermosa, salud... pero por dentro hay una voz que nos susurra: ¿Esto es todo?.
Yo también lo sentí. Después de vivir en diferentes países, convivir con diversas culturas y atravesar muchas etapas personales y familiares, llegué a una conclusión simple pero poderosa:
Nuestros valores son nuestro verdadero hogar.
Cuando estamos alineadas con nuestros valores, todo se siente más claro, más liviano. Si no lo estamos, aunque “todo parezca bien”, algo dentro se desconecta.
Y me preguntarás ¿Qué son realmente los valores?
Los valores son esas ideas, sentimientos y principios que nos dan dirección. Son como una brújula interna que nos guía en nuestras decisiones, relaciones y prioridades.
Pero aquí viene lo importante: no nacemos sabiendo exactamente cuáles son. Los vamos descubriendo con el tiempo, a través de lo que vivimos, lo que nos emociona, lo que nos duele y lo que elegimos.
Una vez que conoces tus valores, todo cambia. Ya no tomas decisiones desde el miedo, el deber o lo que “deberías hacer”, sino desde lo que realmente tiene sentido para ti.
A ver te doy unos ejemplos ;
-
Si valoras la autenticidad, dejarás de intentar agradar a todos y empezarás a ser tú misma, incluso si eso incomoda.
-
Si tu valor es la libertad, empezarás a rechazar estructuras que te aprisionen, incluso si son estables o bien vistas.
-
Si valoras la familia, tomarás decisiones laborales, de tiempo y energía que respeten ese centro.
Vivir con valores no significa que todo será fácil. Pero sí te aseguro algo: todo tendrá sentido.
Y ¿Cómo descubrir NUESTROS valores ?
Este proceso no se trata de buscar una lista en internet y elegir los que “suenan bonitos”. Es mucho más íntimo. Aquí te dejo tres preguntas que pueden ayudarte a comenzar:
-
¿Qué me ha dolido profundamente en el pasado? A veces, lo que más nos hiere señala un valor que fue ignorado o traicionado.
-
¿Cuándo me sentí más viva, orgullosa o en paz conmigo misma? Esos momentos revelan valores que estaban presentes y activos.
-
¿Qué cosas no estoy dispuesta a negociar, aunque me presionen? Eso que defiendes con firmeza es, sin duda, un valor esencial.
Tómate tu tiempo. Es un proceso hermoso que no se resuelve en una tarde, pero cada paso que des te acercará más a ti.
Ahora bien, unas de las preguntas que más me hacen es: ¿Cómo le enseño esto a mis hijos, a mi pareja, a mi entorno profesional?
Y la respuesta es simple: viviéndolos tú primero.
Los valores no se predican, se encarnan.
Aquí te dejo algunas formas prácticas de hacerlo:
-
🗣 Habla en voz alta de tus decisiones: “No acepté ese trabajo porque quiero más tiempo en casa”. Eso enseña coherencia.
-
❤️ Reconoce los valores en los demás: “Fuiste muy valiente al decir la verdad, eso es integridad”.
-
🕯️ Crea espacios de reflexión: en la cena, antes de dormir, pregúntales: ¿Qué valor crees que usaste hoy?
-
🌱 No impongas, acompaña: Cada persona tiene su propio camino y sus propios valores. Apóyales a descubrirlos.
No te voy a mentir. Vivir desde tus valores no siempre será cómodo. Habrá días en los que tendrás que poner límites, decir “no”, o elegir caminos distintos a los que otros esperan de ti.
Pero también habrá una paz interna que no se compra, una claridad que no se negocia.
Y lo más importante: una vida que verdaderamente se siente tuya.
Para terminar con mi post de hoy me gustaria hacerte la siguiente pregunta para que reflexiones :
¿Estas viviendo hoy conforme a tus valores, o desde lo que los demás esperan de mí?
Respóndela con sinceridad. Y si la respuesta no te gusta, recuerda que siempre puedes empezar de nuevo.
Descubrir tus valores no es un destino, es una práctica diaria. Pero una vez que lo haces… todo cambia.
“Vuelve a escucharte. Vuelve a ser tú.”
Mariel
¿Te gustaría recibir acompañamiento personalizado? Hablemos, te leo
Acompaño procesos de cambio con escucha, claridad y dirección para que vuelvas a vivir o trabajar desde tu esencia.
Añadir comentario
Comentarios