Te cuesta ver tus talentos… o ponerlos en palabras.

Lo sé, a mí también me pasó.

 

¿Alguna vez has sentido que “no eres buena en nada”?
O que si tuvieras que explicar por qué alguien debería contratarte… no sabrías ni por dónde empezar.

¿Te suena?


A mí también me ha pasado. Y no una, sino varias veces en mi vida. Especialmente después de haber sido madre, cambiar de país o volver a reinventarme profesionalmente.

 

“Tienes que aprender a venderte”, me decían…

Y yo asentía con la cabeza, pero por dentro pensaba:
¿Vender qué? ¿Qué tengo yo que sea tan valioso?
No lo veía. O lo que veía, me parecía "muy normal".
Nada extraordinario. Nada como para destacar.

 

Pero hoy sé algo muy importante que quiero contarte:
👉 No es que no tengas talentos. Es que te han enseñado a no verlos.
Y menos aún a decirlos en voz alta, con orgullo y sin miedo.

 

Lo que no se nombra… no existe

Cuando acompaño a mujeres en procesos de coaching, una de las frases que más escucho es:

“Siento que tengo mucho dentro, pero no sé cómo ponerlo en palabras.”

Y claro, ¿cómo ibas a saberlo, si nadie te enseñó a mirarte con profundidad y amor?
Si todo lo que haces bien ha sido etiquetado como "lo normal", “lo lógico” o "lo que se espera de ti".
Si cada vez que hablas bien de ti misma, suena a “chulería” en tu cabeza.

 

¿Y si te dijera que tus fortalezas ya están ahí?

Lo que tú haces de forma natural, con cariño, con detalle, eso también es talento.
🔹 Escuchar con atención.
🔹 Resolver problemas con cabeza fría.
🔹 Crear espacios seguros para otros.
🔹 Entender rápido situaciones complejas.
🔹 Dar ideas cuando nadie más las ve.

 

La diferencia está en que tú no lo ves como algo especial… pero lo es.
Y cuando empiezas a verlo, algo cambia.

 

El primer paso: empezar a nombrarte

A veces solo necesitamos a alguien que nos ayude a poner en palabras lo que ya somos.
Por eso creé mis procesos de coaching desde las fortalezas:
Para acompañar a mujeres (como tú y como yo) que están en medio de un cambio —laboral, vital, emocional— y necesitan claridad, perspectiva y volver a escucharse sin juicio.

 

Utilizo herramientas como el test FORTE, ejercicios de autoconocimiento y, sobre todo, mucha escucha y empatía.
Mi objetivo no es que seas “más productiva”, ni que te conviertas en alguien distinta.


Es que recuperes tu voz, tu centro, y recuerdes que sí puedes.

 

 

“Vuelve a escucharte. Vuelve a ser tú.”
Acompaño procesos de cambio con escucha, claridad y dirección para que vuelvas a vivir o trabajar desde tu esencia.


Mariel

¿Te gustaría recibir acompañamiento personalizado? Hablemos, te leo

 

Añadir comentario

Comentarios

Todavía no hay comentarios